Existen tantos motivos posibles para consultar a un psicólogo como personas que desean o necesitan hacerlo. Aunque es imprescindible, para los profesionales de la Psicología y la Salud Mental, realizar diagnósticos y categorías según determinados rasgos, cuadros clínicos o síntomas, es de manera singular y única como se manifiestan estos en cada persona, así como son singulares las causas subyacentes a ellos, arraigadas siempre en la historia y la subjetividad singular de cada individuo.
Es posible utilizar un término que englobaría todos estos motivos: el sufrimiento psíquico, al que también puede llamarse dolor psíquico. Detrás del cual, como detrás de todo dolor, hay un daño, una herida, que es necesario abordar, si se quiere eliminar o aliviar el sufrimiento. Al igual que se pueden producir heridas o lesiones en el cuerpo, también se producen en el tejido psíquico, pudiendo ser necesaria, aunque no siempre, la ayuda de un profesional para ser curadas. Es a través de un tratamiento psicológico donde se debe buscar y puede encontrarse esta ayuda. En ocasiones este tratamiento debe combinarse con el psiquiátrico, que incluye medicación, siendo, en estos casos, compatibles ambos dos y complementarios.
El sufrimiento o dolor psíquico toma la forma de síntomas más o menos molestos, que son los que empujan a consultar. Algunos de los más frecuentes son: Ansiedad, depresión, estrés, obsesiones, inhibiciones, miedos, impulsividad, angustia, baja autoestima, dependencias, problemas sexuales, conflictos de pareja, problemas laborales, impulsividad, síntomas psicosomáticos, astenia…
Los síntomas psicológicos son la señal de que hay un problema subyacente que está causándolos y que debe ser tratado. Si se consideran estos como el problema en sí mismo y el único objeto de la cura, podrían desaparecer o aliviarse con el tratamiento, pero manifestarse de nuevo en otro momento, o desarrollarse otros nuevos como manifestación de la causa que no fue tratada y que, por tanto, puede seguir intacta.
Los tratamientos psicológicos pueden llevarse a cabo según diferentes orientaciones o escuelas. Todos ellos tienen en común el que se efectúan a través de la palabra, ya que esta es la herramienta específica para tratar lo psíquico. La orientación psicoanalítica es aquella que más incide en las causas y en las raíces de los problemas, debido a que ello está justamente en la base de su concepción del conflicto psicológico y de la cura.